Puedo ser la Niña de Guatemala
muertecita de amor a la sombra,
el esqueleto del cóndor
y la apariencia salvaje del océano
que nos retorna a
la arena.
A veces consigo ser
máscara y vicio
a contracorriente de la multitud
o la risueña mariposa
que dejaste volar hacia la nube
con su ternura a cuestas.
Puedo ser todo cuanto niego
en los confines de la eternidad.
MDenis®Apesardelasequía
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